¿Cuán frecuente es la fiebre tras la vacunación infantil?
En México y otros países de habla hispana, la fiebre leve después de una vacuna es una reacción común y esperada. Según la Secretaría de Salud y la Academia Mexicana de Pediatría, alrededor del 30 al 40 % de los niños presentan fiebre baja dentro de las 24 a 48 horas tras la inmunización. Esta respuesta indica que el sistema inmune está funcionando correctamente y respondiendo al antígeno de la vacuna. Por lo general, la temperatura no supera los 38.5 °C y desaparece sin intervención médica en uno o dos días.
No es raro escuchar a padres decir: “Después de la vacuna, mi hija tuvo un poco de fiebre en la noche, pero al día siguiente ya estaba jugando como siempre.” Este tipo de relatos son comunes tanto en ciudades como en áreas rurales y son reconocidos por los pediatras como una reacción fisiológica esperada.
¿Por qué se produce fiebre después de la vacunación?
Las vacunas preparan el sistema inmunológico para proteger al organismo frente a enfermedades graves, introduciendo componentes seguros del virus o bacteria. La fiebre tras la vacuna es consecuencia directa de la activación inmunitaria y es una señal positiva.
El proceso provoca la liberación de sustancias que elevan la temperatura corporal temporalmente, lo cual demuestra que el cuerpo está desarrollando defensas, que es precisamente el objetivo de la inmunización.
¿Cuánto tiempo debo vigilar la fiebre?
La fiebre suele aparecer en las primeras 24 a 48 horas tras la vacuna y desaparecer sola en dos o tres días. Si el niño mantiene buen estado general y la fiebre no supera los 39 °C, basta con observarlo en casa. Sin embargo, si la fiebre es mayor a 39 °C o persiste más de tres días, se recomienda consultar a un pediatra.
En bebés menores de 3 meses, cualquier fiebre superior a 38 °C requiere atención médica inmediata, de acuerdo con las guías oficiales mexicanas.
¿Qué otros síntomas pueden presentarse?
Además de fiebre, pueden presentarse enrojecimiento, hinchazón o dolor en el sitio de aplicación, fatiga y disminución del apetito. En ocasiones, el niño puede estar más irritable de lo habitual. Todos estos síntomas suelen ser leves y se resuelven en uno o dos días. Si aparecen manchas en la piel, convulsiones, somnolencia excesiva o dificultad para respirar, se debe buscar atención médica urgente.
¿Qué hacer en casa si mi hijo tiene fiebre?
- Si la fiebre es menor a 38.5 °C, mantener hidratado al niño, favorecer el descanso y vigilar su evolución
- Si la fiebre es de 38.5 °C o más y el niño está incómodo, administrar paracetamol pediátrico según indicación médica
- Vestir al niño con ropa ligera y mantener la habitación ventilada y fresca
- No colocar compresas frías ni hielo directamente sobre el sitio de aplicación
- No forzar la alimentación si el niño no tiene apetito
Estas medidas están avaladas por la Secretaría de Salud y la Academia Mexicana de Pediatría, y forman parte de los cuidados pediátricos habituales en México.
¿Cuándo acudir de inmediato al médico?
- Fiebre mayor a 39 °C que no cede después de 48 horas
- Convulsiones, dificultad respiratoria, erupción extensa, letargo
- Bebé menor de 3 meses con fiebre superior a 38 °C
- Rechazo a líquidos o sueño excesivo
Estos casos son poco frecuentes, pero una atención médica oportuna puede prevenir complicaciones graves.
¿Cuándo y cómo usar medicamentos para bajar la fiebre?
El paracetamol pediátrico es el medicamento de elección para fiebre mayor a 38.5 °C o si el niño está incómodo. No se recomienda el uso rutinario de ibuprofeno sin indicación médica. Respetar siempre la dosis y el intervalo según el peso y la edad del niño. No combinar diferentes antipiréticos sin consultar al pediatra.
Muchos padres comentan que “el paracetamol hizo que mi hijo se sintiera mejor rápidamente”, pero no es imprescindible si la fiebre es leve y el niño está activo.
¿Es normal que no haya fiebre tras la vacuna?
Hay niños que no presentan fiebre ni otros síntomas tras la inmunización. Esto no significa que la vacuna no funcione; cada organismo responde de manera diferente. La ausencia de fiebre no afecta la eficacia del biológico.
¿Qué preparar antes y después de la vacunación?
- Asegurarse de que el niño esté sano el día de la vacuna; posponer si hay enfermedad aguda
- Observar síntomas en las 48 horas posteriores y tener un termómetro y paracetamol pediátrico en casa
- Crear un ambiente tranquilo para el descanso después de la aplicación
- Consultar dudas con el médico antes o después de vacunar
Una preparación adecuada reduce la ansiedad y permite actuar con confianza ante cualquier síntoma.
¿Qué niños requieren vigilancia especial?
Requieren seguimiento cercano los recién nacidos, menores de 6 meses, niños con enfermedades crónicas o antecedentes de reacciones adversas a vacunas. Durante temporadas de infecciones respiratorias (gripe, bronquiolitis), hay que extremar cuidados. Siempre consultar con el pediatra ante cualquier duda.
Preguntas frecuentes de padres y madres
Pregunta | Respuesta |
---|---|
¿Qué hago si la fiebre no baja después de la vacuna? | Consulta al pediatra si dura más de tres días. |
¿Siempre es necesario el paracetamol? | Sólo si la fiebre es mayor a 38.5 °C o hay malestar. |
¿Se puede bañar al niño después de vacunar? | Sí, pero evita baños calientes si tiene fiebre. |
Cada hijo reacciona diferente, ¿es normal? | Sí, la respuesta es individual y no es motivo de alarma. |
¿Cómo prevenir o reducir la fiebre después de la vacuna?
- Favorecer el descanso y la hidratación antes y después de la aplicación
- Evitar actividades físicas intensas el día de la vacuna
- Detectar y manejar síntomas de acuerdo a las recomendaciones médicas
- Informar al médico sobre antecedentes relevantes antes de vacunar
Estas acciones permiten que la experiencia sea más tranquila y segura tanto para el niño como para la familia.
Resumen y recomendaciones para padres
La fiebre tras la vacunación suele ser una señal positiva de activación inmunológica. En la mayoría de los casos, desaparece en pocos días sin requerir atención especial. Si hay fiebre alta persistente, convulsiones, alteraciones de la conciencia o dificultad para respirar, es fundamental acudir al médico. Estar informados y atentos es la mejor manera de cuidar la salud infantil después de una vacuna.
Este artículo se basa en recomendaciones de la Secretaría de Salud de México, la Academia Mexicana de Pediatría y expertos nacionales. Ante cualquier situación inusual, consulte siempre con su pediatra.